sábado, 24 de noviembre de 2007

Supongo que en la vida todo vale...

¿Qué más da que seas la persona más lista del mundo? Seguro que serías la primera en caer. La moralidad no tiene piedad con nadie, pues el más pequeño detalle nos hace sentir miserables. Entonces, ¿qué más da que seas la persona más gentil y buena del mundo? Serías la primera en besar el suelo, seguro.

Si el mundo quiso ponernos en las circunstancias que estamos viviendo, también quiso que entendiéramos todo con lo que nos enfrentamos. Hasta aquí está claro, ¿pero quién decide de todo aquello cuales son las partes buenas para nosotros y cuáles las malas?

Pienso que, exceptuando los cataclismos externos que nos proporciona la tierra, la maldad es cosa nuestra y no de nadie más. Por eso somos los únicos que podemos decidir si esas circunstancias son buenas o malas, independientemente de que nuestro vecino sea uno de los que tire para el bando contrario.

Las personas buenas hacen cosas buenas, y las malas, bueno, las malas simplemente se dejan llevar. Si somos tan buenos como decimos, ¿porque a la mínima nos sentimos como el estiércol más denso? ¿Acaso hay más dolor que el que te rechacen o que no entiendan del lado del que estás o algo más crudo, como pueda llegar a ser entender y aceptar tu propia personalidad? ¿Qué es lo que hay que hacer para ser siempre quienes somos sin que nada nos desmorone?

El ser humano es la especie más inestable del mundo. Nuestra mente es la que nos juega malas pasadas, y si no aprendemos a controlarla, ella hará el resto. Un simple problema emocional puede acabar con tu físico, porque hay que recordar siempre, que la mente controla al cuerpo; obviusly.

Por ello, todas esas cosas que causan en nosotros un cambio emocional brusco, significan algo más, indican en muchos sentidos que lo que estamos sintiendo es tan fuerte como pequeño o grande sea el objeto o problema en cuestión. Pero yéndonos a un tema en concreto, por ejemplo ¿si fueses la persona más generosa del mundo, te gustaría que los demás fuesen como tú? Es algo que creo no se puede contestar, porque nadie es como dice ser, y si alguien fuese generoso de verdad actuando como buena persona, no querría recibir nada a cambio, porque valiente es el que se arriesga sin esperar a ver si se confundió, como el generoso que regala sin esperar a que sea devuelto el favor.

Por eso mismo, da sin tener que esperar, regala sin tener que preguntar, y vive sin tener que pensar en lo que te deparará, porque no hay nada más cierto que nuestra propia existencia, aunque no demostrada, es un claro ejemplo de evolución, y si el mundo quiso que fuera así será porque aún nos queda muchísimo que descubrir, y alguien tendrá que hacerlo ¿no?. Aunque no sea nuestra generación.

Quién sabe, quizás el próximo descubrimiento sea, como dejar de lado nuestros problemas y centrarnos en lo que de verdad nos hace feliz, por muy lejos e inalcanzable que esté. O quizás esta sea la primera premisa de un dictamen aún por escribir en el que se plantean teorías metafóricas que solo pretenden acercar al ser humano, a la parte más humana de uno mismo, nuestra moralidad.

Si ser buenos significa hacer el bien, y ser generoso el no esperar nada a cambio, ¿por qué siempre queremos más? ¿Es que acaso no lo tenemos ya todo? ¿Qué es lo que nos falta para completar nuestro café por la mañana, para poder salir con un buen despertar? ¿Qué falta para no querer faltar al trabajo y quedarnos en casa durmiendo? ¿Qué falta para que el ser humano luche por todo lo que está viviendo? ¿Moralidad? ¿Normalidad?.

En Psicología la diferencia de normal y anormal, es prácticamente nula. Por lo tanto, llegaría a la conclusión de que para tener lo que nos falta, aún nos falta lo que creemos tener y una vez impuesto, supongo que se conseguirían muchas más metas de las que intentamos alcanzar algunos.

Si algo he aprendido, es que por muy mal que uno pueda llegar a estar, siempre habrá un día mejor, y al próximo sabrás que te tocará llorar, pero al día siguiente sabrás que será mejor, y así hasta que veas tu final. Por muy triste que puedas estar, por muy generoso que seas, por muy buena persona, por tantas cosas que sea el ser humano, siempre habrá algo incidiendo sobre nosotros, nuestra mente nos juega malas pasadas, ¿pero quien dice que no sean mensajes cifrados sobre lo que nos deparan esas circunstancias, como los sueños?

Si alguien o algo quiere que vivamos todo esto, que así sea. Al menos sabremos luchar con todo lo que se nos aparezca en el camino, y aunque seamos lo más torpe del mundo y tropecemos mil veces, jamás nos daremos por vencidos por qué a sabiendas de calma, siempre viene la tempestad y viceversa. Porque a Seguro lo llevaron preso.

Con lo que abre bien los ojos, el mundo tiene muchas cartas que jugarnos aún.

2 comentarios:

mAriaNa™ dijo...

open your eyes...
Me ENCANTA el txt

z0 dijo...

Todo en esta vida valeeee mileidi !